TECNOCHEM Blog

Publicado: 08/02/2021

Las aguas residuales industriales provienen de diversos procesos como lavado, enfriamiento, descarga, extracción y otras operaciones durante la fabricación de un determinado producto en la industria, sea de alimentos, textil, química, bebidas, minería, metalúrgica, entre otras. En estas descargas generadas, los efluentes tienen altas cargas orgánicas e inorgánicas que deben ser tratadas antes de ser liberadas y devueltas a sus cauces adecuados.

Durante este tratamiento donde se produce la descomposición de la carga, se genera un residuo más comúnmente denominado lodo, donde contiene sustancias minerales, coloides, material descompuesto y tiene un alto volumen para ser enviado a rellenos sanitarios. Esto genera altos costos de transporte para las empresas para su correcta disposición, ya que este lodo está compuesto por un alto porcentaje de agua y pocos sólidos.

Para reducir estos altos costos inherentes a la operación de la planta de tratamiento, existen equipos deshidratadores a diferentes niveles asi como floculantes especializados como la linea TECNOFLOC. Se pueden aplicar equipos centrífugos de alta velocidad al lodo inicial, donde reducirán parte de la humedad inicial presente. Al final, también se puede aplicar un secador de lodos rotativo por inyección indirecta de vapor, donde esto reducirá drásticamente el volumen de humedad y, en consecuencia, reducirá en gran medida los costos de transporte y disposición.

 

Publicado: 28/09/2020

Cualquier sistema que contenga agua en estado líquido, provee un medio ambiente potencialmente favorable para el crecimiento y desarrollo de los microorganismos:  

-Sistemas naturales habituales: Océanos, Mares, Ríos, Lagos, etc.

-Sistemas industriales: enfriamiento, proceso papelero, industria de alimentos, etc.

Durante años se tuvo por cierto que el control microbiológico era un elemento de menor importancia dentro de los procesos industrializados.

-Control de la corrosión:  300 Billones de Dólares a nivel mundial (3% PIB USA)

-Control del ensuciamiento de las superficies de transferencia de calor: pérdidas energéticas millonarias en procesos y equipos.

El inadecuado control microbiológico en los procesos industriales, puede afectar la integridad de los equipos causando fugas, contaminación de los procesos, paradas no programadas por limpieza, accidentes y pérdidas económicas.

La mejora de la eficiencia energética dentro del sector industrial es, actualmente, un tema candente a nivel mundial. De hecho, el agua es un recurso esencial, que se emplea en gran medida en sitios industriales de cualquier tipo.

En particular, el crecimiento bacteriano en las superficies (generalmente conocido como biofilm) causa una serie de problemas, que van desde la pérdida de energía hasta la corrosión, fallas del equipo, rendimiento reducido y resistencia a los tratamientos antimicrobianos. Más del 90% de las bacterias viven en biofilms, no libres en el líquido. Además, esta capa de bacterias es mucho más difícil de eliminar (hasta 1000x) que los microorganismos que flotan libremente. A continuación, se analizan algunos ejemplos que muestran el efecto de la biopelícula sobre la eficiencia energética.

Figura N°1: Desprendimiento de Biofilm

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Solo el 10% de los microrganismos (color azul) están libres flotando en el agua, el 90% se encuentra formando parte del biofilm (color verde), que puede desprenderse generando contaminaciones, taponamientos y aislando el intercambio de calor.

En un intercambiador de calor, un componente principal de cualquier planta de energía, una biopelícula de 20 micrones de espesor puede causar una disminución de hasta un 30% en la eficiencia térmica. De hecho, la biopelícula es considerablemente más aislante que los depósitos minerales. Al comparar estos dos tipos de incrustaciones, menos de un milímetro de esta capa microbiana reduce la transferencia de calor en más de varios milímetros de depósito inorgánico.

Figura N°2: Capacidad aislante del Biofilm (Espesor mm Vs Reducción %)

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El biofilm con menos espesor de recubrimiento en las tuberías o equipos de intercambio de calor genera mayor porcentaje de perdida de calor debido a su alta capacidad aislante.

Por esta razón, el crecimiento del biofilm en los intercambiadores de calor representa una gran disminución de la eficiencia y una enorme pérdida de energía. Para evitar tales problemas, el crecimiento del biofilm debe limitarse tanto como sea posible. Este resultado solo se puede lograr si se aplican tratamientos de limpieza durante la etapa inicial de crecimiento bacteriano. De lo contrario, no se eliminará la colonización microbiana de las tuberías, con su efecto sobre el intercambio de calor. Este problema afecta a todas las industrias donde se utilizan intercambiadores de calor. Entre ellas se encuentran las empresas de alimentos y bebidas (azúcar, etanol, pesca, lácteas, etc.), fabricantes de papel, etc.

La biopelícula es un problema omnipresente en todos los entornos industriales, en particular en aquellos en los que se utiliza mucha agua. En la producción de pulpa y papel, por ejemplo, la biopelícula o biofilm es responsable de daños extensos tanto a la maquinaria como al producto final. Lo mismo ocurre con las industrias de alimentos y bebidas, donde la amenaza directa a la salud de los consumidores agrava aún más el problema.

FIGURA N°3: Biofilm en condensadores e intercambiador de calor.

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Por estas razones, comúnmente se realizan tratamientos de saneamiento exhaustivos de las tuberías de agua, para eliminar microorganismos y, en particular, patógenos. La presencia de biopelícula, que actúa como refugio para las bacterias, hace que los tratamientos de saneamiento sean menos efectivos. Como consecuencia, se necesitan dosis más altas de biocidas y ciclos repetidos (choques), con una gran pérdida de energía. De hecho, se requieren esfuerzos operativos (supervisión, recarga de productos químicos, etc.) e instrumentación (sistemas de dosificación, bombas, calentadores, dispositivos de monitoreo, etc.) para realizar dichos tratamientos. Además, trabajar en un régimen de saneamiento subóptimo a menudo conduce a la contaminación del producto final. En este caso, cualquier descarte o retiro de lotes resultante implica un desperdicio no solo de energía, sino también de tiempo, dinero y materias primas. Para evitar tal situación, es importante monitorear el crecimiento del biofilm y asegurar las mejores condiciones para el saneamiento.

FIGURA N°4: Desarrollo de la corrosión microbiológica (MIC)

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Para prevenir problemas relacionados con el biofilm y, por lo tanto, aumentar la eficiencia energética, es importante controlar el crecimiento del biofilm. Las tecnologías de monitorización de biofilm de ALVIM ofrecen soluciones eficientes a este problema. Los sensores ALVIM brindan una medición confiable del crecimiento de biopelículas, en línea y en tiempo real. Este enfoque permite comprobar la eficacia de los biocidas y optimizar el tratamiento en función de las necesidades reales. Toda esta información será presentada en nuestro siguiente post.



Publicado: 18/08/2020
La Asociación Americana de Fabricantes de Calderas (American Boiler Manufacturing AssociationABMA) recomienda que todas las calderas deben ser inspeccionadas anualmente. Esta inspección consiste en una revisión detallada de todas sus partes internas (tuberías) incluyendo el sistema de combustión. Los problemas encontrados deben ser analizados en términos de causa del problema, posible solución y previsión para que no vuelva a ocurrir. Los tratamientos químicos efectuados han reducido notoriamente la frecuencia de incrustaciones severas en las mismas calderas. Sin embargo, la necesidad de efectuar limpiezas químicas periódicas, no ha sido eliminada por causa de variaciones en la composición del agua, deficiente control del tratamiento químico, contaminación inusual, o condiciones de operación, etc. Los problemas asociados son: 

El exceso de incrustaciones aumenta el consumo de combustible.
La formación de los puntos calientes que causan ruptura de la tubería.
El exceso de corrosión generalizada, que aumenta las concentraciones de hierro y por ende, el consumo de energía.

Figura N°1: Inspección de tuberías de calderas acuotubulares.
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Figura N°2: Inspección de tuberías en calderas pirotubulares. 
Figura N°3: Boroscopios Industriales.
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¿Qué ocurre dentro de la caldera de vapor? 

Cuando el agua ingresa a una caldera (generador de vapor), inevitablemente transporta sólidos disueltos, sólidos en suspensión y gases, en una magnitud que depende del pretratamiento al que haya sido sometida para su acondicionamiento. Al ingresar el agua, esta recibe un aporte intenso de calor, eleva su temperatura hasta alcanzar el punto de ebullición, se evapora y sale de la caldera. El vapor, en condiciones ideales, no contiene sólidos. Por lo tanto, los sólidos contenidos en el agua que permanece en la caldera resultan cada vez más concentrados. A medida que el vapor sale, se agrega igual cantidad de agua de alimentación, con lo que más sólidos ingresan al sistema. Si la caldera no se purga, es decir si no se extrae parte del agua donde los sólidos se han concentrado, estos continuarán aumentando su concentración hasta que se superen sus solubilidades y comiencen a salir de la solución. Estos sólidos en suspensión, dependiendo de su naturaleza, precipitan y se depositan sobre las superficies de los tubos calientes sufriendo transformaciones químicas que los convierten en incrustaciones; o simplemente incrementan los sólidos en suspensión en el agua de la caldera. Este incremento, junto a una mayor tendencia a formar espumas, contribuye a aumentar el arrastre de agua por el vapor, lo que de alguna manera termina actuando como purga. Los problemas creados por los sólidos en los sistemas de vapor son muchos, tales como problemas de corrosión, erosión y desbalanceo de las turbinas, pérdida de eficiencia, falla de los tubos de la caldera y de los sobrecalentadores, etc. Mediante la purga se puede mantener bajo control la concentración de los sólidos en el interior de la caldera. Esta purga puede hacerse en forma continua o periódicamente. En estos casos, purgas intermitentes de corta duración dan a veces mejor resultado. La purga se regula para mantener la concentración de sólidos dentro de ciertos valores, que dependen fundamentalmente de la presión de operación y de la potencia de la caldera. 

Problemas generados

Haremos una reseña de los principales problemas derivados de cada sustancia o impureza particular contenida en el agua de alimentación. Desde el punto de vista químico se considera como impureza del agua a cualquier sustancia que tenga por composición química una fórmula diferente de H2O. Estas impurezas pueden provenir de contaminaciones o bien ser sustancias inherentes al material utilizado en el almacenamiento del agua. Las impurezas que normalmente se encuentran en el agua se presentan disueltas o en suspensión. Dentro de las diversas impurezas podemos mencionar el calcio, magnesio, bicarbonatos, carbonatos, sílice, sodio, sólidos disueltos y en suspensión, materia orgánica, aceite, hierro, cobre, y gases disueltos. La tabla N°1 muestra algunos de los problemas que son causados por la presencia de concentraciones excesivas de algunas de estas impurezas en el agua. Todos los gases disueltos en el agua de alimentación pasan al vapor. El desaireador térmico elimina normalmente los gases presentes en su totalidad. Generalmente se agrega un secuestrante de oxígeno para eliminar cualquier traza de oxígeno. El oxígeno es muy corrosivo en todo el sistema de vapor. El CO2, si bien es totalmente eliminado por el desaireador térmico, puede formarse dentro de la caldera a partir de la alcalinidad (bicarbonatos). El CO2 es transportado por el vapor y se redisuelve en el condensado bajando su pH, con lo que aumenta la corrosividad del mismo para las tuberías de acero al carbono.

Tabla N°1: 
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La tabla N°2 muestra los sólidos habitualmente presentes en una caldera, y el efecto del calor. Nótese que los bicarbonatos constituyen la alcalinidad del agua. Es muy raro que los carbonatos estén presentes (pH>8.3). Sin embargo, como consecuencia de la temperatura, se producen reacciones que precipitan CaCO3, Mg (OH)2, y liberan CO2. También producen Na2CO3 e NaOH, ambos constituyentes de la alcalinidad del agua de la caldera. Elevados valores de alcalinidad pueden producir severos problemas de corrosión. 

Tabla N°2:
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Los sólidos disueltos, al aumentar su concentración, alcanzan sus solubilidades y pasan a incrementar los sólidos en suspensión. El exceso de sólidos disueltos y en suspensión, y la presencia de trazas de aceites o detergentes, es causa de formación de espumas y arrastre de gotas en el vapor. Los sólidos en suspensión, y especialmente la dureza, tienden a provocar incrustaciones sobre los tubos donde se depositan. Estos depósitos constituyen una capa de muy baja conductividad térmica, retardando la transferencia de calor desde la llama al agua. En otras palabras, para transmitir la misma cantidad de calor por unidad de tiempo y de área, desde la llama al agua, la temperatura de la pared es cada vez mayor, lo que finalmente deriva en la rotura o falla de los tubos. Comparada con el acero de la caldera, la conductividad térmica de los depósitos minerales es muy baja. En las figuras 3 y 4 podemos visualizar muestras de tubos incrustados, reventados por acción del calor, así como de incrustaciones en turbina. 

Figura N°3: Muestras de tubos. 
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Figura N°4: Turbina con incrustación.
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Bibliografía.

 The Chemical Treatment of Boiler Water, James W. Mc Coy, Chemical Publishing Company Inc, New York ,1981 Dreco sudamericana SA, Ricardo E. Pauer, Seminario sobre intercambio iónico, Agua y Energía, Rosario, Argentina, 1990. Spirax Sarco, Controladores electrónicos para calderas de vapor(nivel, purga de sales y de fondo), España 2009. Tecnochem, Seminarios de Productividad, Lima, 2020. 

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